Cuando ocurre algo que no nos agrada,
generalmente la tendencia humana es
señalar hacia fuera, buscando algún culpable. Gandhi hizo la famosa observación
de que cuando señalamos con el dedo hacia alguien, de hecho, tres dedos nos
señalan a nosotros. Es fácil comprobarlo. Este pequeño gesto es un indicador de
que cuando empezamos a pensar que lo que sucede “allá fuera” es responsable de
mi experiencia, necesitamos recordarnos que somos los creadores de nuestros
propios pensamientos y respuestas. Somos responsables de lo que está sucediendo
en nuestro mundo interno. Somos responsables de nuestro propio estado de paz,
bienestar, felicidad y amor. Nada ni nadie son responsables de estos aspectos.
En buenos tiempos, la responsabilidad puede ser algo agradable, pero también tenemos que aceptar la responsabilidad cuando atravesamos tiempos más complicados o difíciles. Cuando no asumimos la responsabilidad de lo que ocurre en nuestro interior, permitimos que las cosas externas nos influencien. Y es cuando permitimos que las situaciones externas y las personas nos afecten cuando perdemos el control sobre la calidad de nuestra propia experiencia.
En buenos tiempos, la responsabilidad puede ser algo agradable, pero también tenemos que aceptar la responsabilidad cuando atravesamos tiempos más complicados o difíciles. Cuando no asumimos la responsabilidad de lo que ocurre en nuestro interior, permitimos que las cosas externas nos influencien. Y es cuando permitimos que las situaciones externas y las personas nos afecten cuando perdemos el control sobre la calidad de nuestra propia experiencia.
En estos momentos, muchas de las
cosas que suceden en el mundo carecen de verdad y de belleza. Así que, por
supuesto, si simplemente nos abrimos a reaccionar ante todo lo que sucede a
nuestro alrededor, lo que nos va a suceder internamente no va a ser ni muy
confortable ni bonito.
Comprendiendo nuestra responsabilidad, se nos plantea el reto de tomar una decisión: o bien aceptamos toda esa negatividad o, en lugar de ello, respondemos creativamente con pensamientos positivos y respuestas de nuestro propio mundo interno.
Comprendiendo nuestra responsabilidad, se nos plantea el reto de tomar una decisión: o bien aceptamos toda esa negatividad o, en lugar de ello, respondemos creativamente con pensamientos positivos y respuestas de nuestro propio mundo interno.
Publicado por: Ángeles Torres