Cuando no queremos
escuchar a nuestros sentimientos para evitar conflictos, (especialmente
si nos hemos criado en una familia con problemas) tiene como consecuencia la negación de esos
sentimientos. Suele sucedernos que no confiamos en que los demás puedan
satisfacer nuestras necesidades, de modo, que ni siquiera pedimos ayuda.
Estamos convencidos de que tenemos que ser fuertes y resolver nosotros mismos
nuestros problemas. Pero el verdadero problema es que nos desconectamos de
nuestros propios sentimientos que son la base de la relación con nosotros
mismos, con los demás y con el mundo que nos rodea.
Los sentimientos son
los indicadores de cómo marcha nuestra vida, en qué hemos de poner atención.
Cuando nos sentimos desconectados tendemos a aislarnos y esto nos lleva a más
complicaciones e incluso enfermedades
físicas.
Si no nos permitimos
sentir lo que pasa en nuestro interior, difícilmente podrá ser aceptado y no
sabremos por dónde empezar el proceso de curación.
Muchas veces vivimos sintiéndonos
culpables, asustados, rabiosos o
tristes. Y nos creamos hábitos que nos mantienen atados a la repetición de las
mismas experiencias, precisamente aquellas que queremos eliminar.
Si no conectas con tu
interior, permitiéndote ver esos sentimientos, continuarás creando más rabia,
dolor, tristeza etc. Es cuando dejamos de sentirnos víctimas de las
circunstancias cuando recuperamos nuestro propio poder. Pero tenemos que estar
dispuestos a aprender la lección y dejar marchar todo aquello que no nos
beneficia para que el problema desaparezca.
Confía en tu Poder Interior,
en tu conexión con el Universo y en el proceso de la vida. Ciertamente puedes
confiar en la vida y saber que todo sucede en un correcto orden divino, y en el
momento y lugar perfectos.
Por: Ángeles Torres