Hoy día 23 de
Septiembre se marca el inicio del Otoño. El equinoccio de otoño forma parte del
ciclo de creación del Universo, que está conformado por cuatro elementos:
principio activo, principio pasivo, principio neutro y principio de transición.
El equinoccio corresponde al principio neutro, de acuerdo a este ciclo, es el
momento de la cosecha, de la recolección de los frutos sembrados en el
invierno.
Visto desde el punto
de vista personal, el Otoño es tiempo de recogimiento y reflexión. En este
tiempo se alinean los tiempos entre el día y la noche, se equilibran las luces
y las sombras. Es buen momento para ir a nuestro interior y trabajar con
nuestras propias luces y sombras, reconocerlas y sacarlas a la superficie para
que puedan ser sanadas.
Una época perfecta
para meditar e ir al interior profundizando en nuestro Yo interno. La brisa
otoñal nos brindará momentos de introspección y observación propia. Buen
momento para revisar qué hemos conseguido, y qué es lo que tenemos que dejar
atrás, sin pena ni apego, simplemente dejando marchar todo aquello que ya ha
cumplido su función en nuestra vida.
El Otoño es también
tiempo de agradecimiento por todo aquello que tenemos. Los antiguos celtas,
celebraban la llegada del equinoccio del Otoño con una fiesta llamada Mabón. Agradecían
la abundancia y generosidad de la Madre
Tierra, la luz y la energía del Sol y rendían homenaje a los espíritus
de la naturaleza.
También nosotros podemos dejarnos
llevar por el espíritu de este tiempo y pasear por un bosque, meditar y
agradecer por todo lo que tenemos. Las semillas de la reflexión y el
agradecimiento quedarán sembradas en nuestro interior y florecerán en el tiempo
adecuado.
By:
Ángeles Torres