Todos tenemos sabiduría, simplemente sucede que
con frecuencia nos desconectamos de ella. La intuición nos conecta con nuestra
sabiduría interna. La voz de la intuición es la voz que está alineada con las
leyes universales, es la voz del alma, es la voz creativa de tu ser. Es la voz
del ser auténtico y es la voz que nos
puede guiar con seguridad en un período de cambio y transformación. La
intuición no es un impulso. La intuición es una información sutil que procede
de lo profundo de nuestro ser.
En los momentos en que se nos presentan retos, cambios o desafíos, nuestra intuición sabe lo que necesitamos. Para escucharla necesitamos distanciarnos de nuestras emociones, generadas por las situaciones que estamos atravesando. Necesitamos volver a tener confianza en nosotros mismos y en el universo. Necesitamos aceptar que hemos cometido errores, perdonarnos y seguir avanzando. Al confiar, nos fortalecemos y con confianza podemos seguir viajando para descubrir nuestro propósito, cuál es nuestra contribución a la vida.
Para tener acceso a nuestra intuición, tenemos que crear una línea clara de comunicación entre la cabeza y el corazón. La voz de la intuición viene del corazón de nuestro ser y le transmite un pensamiento a nuestra mente. Así que necesitamos despejar el camino, apartarnos momentáneamente de este juego ilimitado de la vida e ir hacia el interior.
Esta desconexión del mundo y de sus circunstancias tiene por objetivo liberar nuestra mente del constante ruido de los pensamientos mundanos, conectados con las interminables situaciones y escenas de la vida. Dejar por unos momentos que la vida siga su curso sin intervenir, entendiendo que no es necesario que estemos actuando todo el tiempo en el escenario. Podemos hacernos a un lado, mentalmente, y permitirnos esos momentos de reflexión y meditación para descansar y recargarnos.
Ahí encontraremos la quietud interior necesaria para escuchar la voz de nuestra intuición, nuestra sabiduría interna. Después podemos retornar de nuevo al juego de la vida, refrescados y con nuevas soluciones.
En los momentos en que se nos presentan retos, cambios o desafíos, nuestra intuición sabe lo que necesitamos. Para escucharla necesitamos distanciarnos de nuestras emociones, generadas por las situaciones que estamos atravesando. Necesitamos volver a tener confianza en nosotros mismos y en el universo. Necesitamos aceptar que hemos cometido errores, perdonarnos y seguir avanzando. Al confiar, nos fortalecemos y con confianza podemos seguir viajando para descubrir nuestro propósito, cuál es nuestra contribución a la vida.
Para tener acceso a nuestra intuición, tenemos que crear una línea clara de comunicación entre la cabeza y el corazón. La voz de la intuición viene del corazón de nuestro ser y le transmite un pensamiento a nuestra mente. Así que necesitamos despejar el camino, apartarnos momentáneamente de este juego ilimitado de la vida e ir hacia el interior.
Esta desconexión del mundo y de sus circunstancias tiene por objetivo liberar nuestra mente del constante ruido de los pensamientos mundanos, conectados con las interminables situaciones y escenas de la vida. Dejar por unos momentos que la vida siga su curso sin intervenir, entendiendo que no es necesario que estemos actuando todo el tiempo en el escenario. Podemos hacernos a un lado, mentalmente, y permitirnos esos momentos de reflexión y meditación para descansar y recargarnos.
Ahí encontraremos la quietud interior necesaria para escuchar la voz de nuestra intuición, nuestra sabiduría interna. Después podemos retornar de nuevo al juego de la vida, refrescados y con nuevas soluciones.
Fuente: B.K. Publicado
por: Ángeles Torres