En
términos básicos, diremos que el Aura
es una energía luminosa o campo electromagnético que rodea en forma de óvalo a
todos los seres vivos y que generalmente no se percibe a simple vista. Es la
combinación del cuerpo etéreo, emocional y físico, al igual que de la
información de nuestras almas. El aura está ligada a los
chakras.
Todos
nuestros pensamientos, sentimientos, y experiencias están reflejadas en el
aura, al igual que la energía que atraemos de nuestro entorno. En este sentido,
el alma refleja nuestra
energía y atrae energía de otros cuerpos y ambientes.
Al
igual que todo lo demás en el universo, el aura es vibración y como tal,
responde a otras vibraciones. De esta manera, vibraciones en forma de
pensamiento, sentimiento o interacción con otras energías de lugares o de otras
personas, afectan y moldean la vibración del aura.
Los
objetos inanimados tienen también una energía que las rodea. Típicamente, estas
auras son la combinación del entorno y de las energías de las personas que han
estado en contacto con dicho objeto.
El
aura cambia con el tiempo, con nuestra
evolución personal y espiritual, y con el entorno. También podemos
cambiarla con nuestra intención y con ejercicios de visualización
y meditación entre otras cosas. Parte de lo que refleja nuestra aura es el
reflejo de nuestro cuerpo físico que emite energía también. Por eso, algunos
expertos en auras dicen que pueden decir si la persona sufre de alguna dolencia
física al ver su aura.
El
color o colores del aura de una persona dicen mucho de ella. Hablan de sus
intenciones y su esencia. Cada color refleja una cualidad y los tonos del ese
color hablan de la cantidad o deficiencia de dicha cualidad en la persona en
cuestión.
Muchas
veces la primera reacción que tenemos hacia alguien o que alguien tiene hacia
nosotros, tiene que ver con nuestras auras. De alguna manera, el aura es como
un imán que atrae ciertas energías hacia sí mismo, y repele otras igualmente.
Dependiendo de lo “sana” y fuerte esté
nuestra aura, atraeremos del entorno y de otras personas. Energías más puras
atraerán similares y rechazarán las oscuras o más densas – y viceversa.
En
teoría todos podemos ver el aura si practicamos. También existen las cámaras Kirlian, que fotografían el aura de personas y objetos y se usan
frecuentemente para “diagnosticar” a la persona, de acuerdo a los colores que
salen en su foto. Algunos creen que los niños pequeños pueden ver auras
naturalmente pero con la edad todos vamos perdiendo la habilidad.
El
aura usualmente se extiende entre uno y tres pies de distancia del cuerpo
físico en todas las direcciones, rodeando a la persona como un “huevo de luz”
de múltiples capas.
Se
dice que el aura consiste en 7 capas o cuerpos sutiles que se interconectan y
afectan entre sí constantemente.
Publicado por: Ángeles Torres