13 de noviembre de 2014

EL PERDÓN, LA LLAVE DE LA LIBERTAD.



¿Prefieres tener razón o ser feliz? Todos tenemos opiniones sobre quién tiene razón y quién está equivocado, según nuestra propia forma de entender las cosas; y todos podemos encontrar razones que justifiquen nuestra opinión y nuestros sentimientos. Deseamos castigar a otras personas por lo que nos han hecho. Sin embargo, somos nosotros quienes “pasamos la película” una y otra vez en nuestra mente. Es tonto castigarnos ahora por el daño que alguien nos hizo en el pasado.

Para liberar y dejar atrás el pasado es preciso estar dispuesto a perdonar, aún cuando no sepamos cómo hacerlo. Perdonar significa renunciar a nuestros sentimientos dolorosos y sencillamente dejar que lo que los provocó se marche. Un estado de no perdón destruye algo dentro de nosotros.

Cuando estamos enfermos, es preciso que observemos lo que nos rodea y veamos qué necesitamos perdonar. Generalmente, sucede que aquella persona a la que creemos que no vamos a perdonar jamás, es realmente a la que más necesitamos perdonar. No perdonar a una persona, no le causa ningún daño, sin embargo a nosotros nos provoca estragos.

Los rencores y heridas que nos duelen, tienen mucho que ver con perdonarnos a nosotros mismos. Afirma que estás totalmente dispuesto a perdonarte:
“Estoy dispuesto a liberarme del pasado”. “Estoy dispuesto a perdonar a todos aquellos que alguna vez me hicieron daño y me perdono por el daño que yo causé a otros.”

Si piensas en alguien que te hizo daño, bendice a esa persona con amor y libérala. Después, deshecha el pensamiento. Para ser libre es necesario abandonar el resentimiento y superar los sentimientos de autocompasión. Cuando sufres un ataque de autocompasión, te conviertes en una persona desamparada que no tiene ningún poder.

Ojalá pudiéramos comprender que todos nuestros supuestos problemas son sólo oportunidades para crecer y cambiar y que la mayoría de ellos proceden de las vibraciones que hemos estado emitiendo. Lo único que tenemos que hacer es cambiar nuestra forma de pensar, estar dispuestos a disolver el rencor y perdonar.

Fuente: Louise L. Hay  Publicado por: Ángeles Torres