La
tolerancia es una energía positiva que adquirimos sobre todo cuando sabemos
cuáles son nuestros objetivos en la vida y estamos satisfechos y plenos con
ellos. En tonces, damos la bienvenida a la diferencia en lugar de enfadarnos o
asustarnos.
Cuando
tenemos una buena relación con nosotros mismos y todo funciona bien, tenemos el
poder de estar abiertos y ser integradores; cuando esta relación no es tan
buena, el miedo puede provocarnos rechazo e intolerancia hacia los demás.
La
verdadera tolerancia consiste en respetar y aceptar la diferencia. Significa
frenar cualquier expectativa de que la gente y las situaciones sean como
queremos que sean. Exige que nos demos cuenta de que no necesitamos controlar a
la gente o las circunstancias para que las cosas vayan bien y que el tiempo, la
intención y otros factores desempeñan un papel importante en la vida. En cuanto
comprendemos esto, podremos ser tolerantes de verdad.
Alcanzar
ese estado en el que puedo ser neutral y simplemente dejar que las cosas sean,
independientemente de si me encajan o no. Todo tiene su derecho a existir y
expresarse. Cuando estoy arraigado en mi estado original de conciencia de mi
mismo, cuando sé cuál es mi papel en este ilimitado juego de la vida y prosigo
con él, entonces puedo dejar espacio a los demás para que también desempeñen su
papel.
Fuente:
Anthony Strano Publicado
por: Ángeles Torres